El abuelo estaba sentado
en su taller rodeado de sus innumerables herramientas, cuando llego
su nieta y le dijo:
-Abuelito cuéntame un
cuento
-Pues que te contare!
por el momento me tomas por sorpresa y no pienso en nada. MMM ya sé!
Hasta parece que fue ayer. Hace mucho tiempo cuando aun era mas ágil,
sembré con todos mis años unos cuantos granos de maíz, aquí en el
patio trasero. Día con día veía crecer las cañitas con una gracia
que parecían niñas juguetonas. Conforme crecían yo hablaba de
ellas con todos mis amigos, conocidos, y familiares. Hasta llegue a
decirles que cuando hubiera elotes los iba a invitar a comer alguno.
En pocas palabras me sentía henchido de placer. Hay un dicho que
reza: Si quieres hacer reír a dios haz
planes. Los días corrieron
y con ellos llego la lluvia. Las cañitas y en general todo mi huerto
se pusieron felices. Yo también, ya que con la llegada de la lluvia
me ahorraba el trabajo de riego manual. Una
tarde de pronto llego la lluvia con mucha fuerza acompañada del
viento, con sus remolinos azoto mis cañas que ya median alrededor de
dos metros de altura y sus elotitos ya estaban en crecimiento.
Entretanto mi
hija y yo nos guarecimos en la cocina hasta que paso la tormenta.
Cuando esta termino fuimos al huerto y oh sorpresa! mis cañas
estaban por los suelos como si alguien las hubiera tirado, sentí
ganas de llorar al verlas, pero luego recordé que dios en su
infinita misericordia también hace travesuras. Quise levantar las
cañas pero se quebraban por el exceso de agua, así que decidí
dejarlas tiradas para ver si lograban madurar. Pensé: Esto
seguramente me paso por andar de presuntuoso.
Al cabo de algunos días mas recogí unos elotitos muy pequeños nada
que sirvieran para asar. Aprendí la lección y desde entonces
siembro mis vegetales y no le cuento a nadie.
-ay
abuelito, que cuento y que mensaje tan bonito. Sabes que abuelito? ya
me tengo que ir tengo algo de trabajo. Ya te salude, ya me relaje con
tu cuento y ya me voy.
-Enseguida
su nieta le dio un beso y salio del taller mientras el abuelo
reparaba un cargador de baterias.