Bernardo

Una mañana al despertar el rey del maíz llamado Bernardo, observaba una hoja de caña y le dijo a su concejal más cercano:

   - Dime como es el mundo

A lo que respondió: -El mundo es como nuestro más bello jardín de maíz

El rey no quedo contento con esta respuesta y se fue a preguntarle a sus otros cinco concejales los cuales respondieron lo mismo. Luego observo los campos del maíz y no creía que así fuera el mundo, decidido fue a ver a su séptimo concejal quien le dio un granito de maíz y poniéndolo en la palma de su mano le dijo: Ponlo bajo tu almohada durante siete días. El rey respondió, si no conozco el mundo mediante tu concejo mandare a la horca a todos mis concejales. Cuascuas su séptimo concejal no se abrumo estaba seguro que el rey conocería el mundo. La primera noche el rey vio el mar y todos sus animales, la segunda noche vio la tierra sembrada y recorrida por animales inimaginables, la tercera noche vio la luna, la cuarta noche vio el sol, la quinta noche vio las nubes cargadas de gotitas de agua, la sexta noche vio tantas estrellas como gotas de agua tiene el mar, y la séptima noche se vio gobernando el mundo. Al octavo día busco a Cuascuas y le dijo -Por tus enseñanzas perdono la vida a los concejales ignorantes y desde hoy tu serás mi concejero número uno y por ti prohibiré la horca en mi reino y los reinos vecinos. Te regreso tu granito de maíz que guarda tan grandes secretos.

Bernardo y Cuascuas se sentaron a la mesa a degustar vino de maíz, queso y pan.

 

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