El
huerto del abuelo esta en el patio trasero de su casa y tiene en su
haber dos higueras grandes, unas cuantas mas chicas, un ciruelo, dos
limones, una mandarina, un naranjo, un nogal, y algunas hortalizas
como la espinaca, la malva silvestre, los deliciosos quelites entre
otras. Una mañana de verano estaba el abuelo como era su costumbre
sentado en su silla mecedora cuando llego su nieta Montse y le dijo:
-Abuelito
cuénteme algo interesante
-Veras
te contare que se dice: A
la casa ajena hay que ir con la panza llena
Hubo
una vez un amigo que fue invitado a una comilona y este anduvo todo
el día pensando en que iba a comer hasta hartarse. Se acaricio la
boca diciendo: Hay bocota
como te iras
a poner,
pensando así llego a la fiesta donde de pronto se suscito una
trifulca y el también se vio envuelto en ella. Como
pudo entre golpes y demás salio de la fiesta y al subir a su
vehículo se acaricio la boca y se dijo: -Mira
nomas boquita como te han puesto,
lo peor que ni siquiera probamos bocado.
-Así
regreso a su casa.
Esta
historia es para comprender que cuando vayamos de visita no llevemos
hambre. El
que no oye consejo no llega a viejo,
por eso tu que me preguntas mis cuentos, historias, y leyendas debes
aprender para no cometer errores.
-Hay
abuelito usted con sus historias, leyendas y cuentos me da unos
estirones de orejas que ni se imagina. En fin mejor por hoy me voy
espero verlo mañana a ver que mas me cuenta.
Montse
salio del taller y dejo al buelo aun en la silla donde se puso a leer
un libro.